lunes, 29 de septiembre de 2014

Cuidados de enfermería en el tratamiento de úlceras por presión




Las úlceras por presión es uno de los problemas más comunes en la hospitalización de las personas con poca movilidad, mayormente ancianos que no reciben los cuidados oportunos. Ante este problema la comunidad de enfermería ha elaborado un modelo de actuación idóneo en estos casos.




Protocolo de actuación: 


1. Lavado de manos.

2. Limpieza de la herida:
  • Irrigar con suero salino 0,9% sin frotar
  • No utilizar antisépticos de manera sistemática


3. Desbridamiento de la herida

Tipos de desbridamiento:
  • Quirúrgico.  Se realizará con el objetivo de eliminar la necrosis y esfacelos hasta llegar al tejido sano.
  • Enzimático o químico. Aplicar enzimas tópicas para conseguir la hidrólisis del tejido necrótico y reblandecer la escara.
  • Autólitico. Está basado en la cura húmeda. Aplicar geles o apósitos que aportan humedad para favorecer que los macrófagos, neutrófilos y enzimas orgánicas destruyan el material necrótico.


4. Prevención y Abordaje de la infección
  • Evitar contacto de la úlcera con sustancias de desecho corporal ( orina, heces).
  • Realizar correcta lavado de manos y uso de guantes por paciente.
  • Si un paciente tiene varias úlceras, curar en último lugar la más contaminada
  • Utilizar siempre material estéril en desbridamiento.
  • Realizar limpieza y desbridamiento para impedir que la colonización progrese a infección clínica.
  • Intensificar dichas acciones si existiese signos de infección local.
  • Realizar cultivos, si la úlcera no evoluciona favorablemente y tiene signos de infección local.
  • Iniciar tratamiento antibiótico una vez identificado el germen.
  • Rellenar las cavidades o tunelizaciones que pueda formar la úlcera, par evitar que se formen abscesos o cierres en falso.


5. Elección del producto para el tratamiento

Seleccionar el apósito adecuado teniendo en cuenta los siguientes aspecto de la úlcera: 

  • Localización de la lesión. 
  • Gravedad de la lesión. 
  • Cantidad de exudado. 
  • Existencia de cavidades o tunelizaciones. 
  • Signos de infección. 
  • Estado de la piel circundante. 
  • Estado general del paciente. 
  • Disponibilidad de recursos. 
  • Relación coste-efectividad. 
  • Nivel asistencial. 
  • Propiedades del apósito: absorber el exudado, favorecer el desbridamiento, combatir la infección y combatir el dolor)
Cambiar el apósito en función del producto utilizado y las características de la herida.

El apósito ideal deberá reunir los siguientes requisitos:


  • Ser biocompatible
  • Proteger la herida de agresiones: física, química y bacterianas.

Ulcera por presión ( Fuente: Dermas info)

Más información aquí



  • Mantener el lecho de la úlcera continuamente húmedo.
  • Eliminar y controlar exudados y tejido necrótico mediante su absorción.
  • Dejar la mínima cantidad de residuos en la lesión.
  • Ser adaptable a localizaciones difíciles.
  • Favorecer la cicatrización.
  • Ser fácil de aplicar y retirar.
  • Permitir el paso de vapor de agua.



El último paso sería hacer una evolución detallada de la úlcera mediante las escala de push.

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